lunes, 16 de julio de 2012

LA VISIÓN DEL PSICOANALISTA

En esta ocasión queremos compartir una entrevista como un homenaje al Dr. Luis Féder al ser el primer aniversario luctuoso de su deceso. Esperemos que disfruten mucho de sus palabras y de la generosidad que tanto caracterizó a este gran psicoanalista, maestro, supervisor pero sobre todo gran amigo.


Entrevista realizada al doctor Luis Féder en abril de 2010,
Por Tammy Kalach y Yazmín Mendoza.
Llegar al consultorio del Dr. Féder ya es una manera de conocerlo: lleno de objetos artísticos y sumamente cálidos.
Pero ¿quién es hoy el Dr. Féder? ¿Cómo piensa después de tantos años de experiencia y de un nutrido curriculum? En larga charla nos comparte sus ideas sobre cómo ha cambiado el psicoanálisis desde su juventud. Nos dice que la idea del psicoanálisis ha ido mejorando con el paso del tiempo. Existe una mejor preparación teórica y una revisión más extensa y profunda del propio análisis. El campo de acción del Psicoanálisis ha ido extendiéndose también y lo seguirá haciendo sobre todo en el campo de la medicina en relación al cuidado y ayuda de los pacientes. Considera que en la actualidad, no hay analista que no emplee la contratransferencia como una herramienta eficaz para contactar con sus pacientes.
En relación a los analistas también ha habido cambios, ya no se puede pensar en ellos como seres distantes, fríos y a veces hasta maltratadores. Ahora hay más análisis y los analistas saben que tienen una valiosa herramienta en sus manos y que cuando encuentran atorones en su propia vida pueden aplicar el remedio que utilizan con los demás, a saber el análisis. La vida va modificándose y aparecen a veces crisis que no esperábamos. Tenemos dos caminos: negarlas o trabajarlas. Un analista tiene la obligación de analizarlas y eso es muy bello porque su campo se lo permite. En fin, las transformaciones del análisis son que ha mejorado muchísimo, su empleo es mayor, su alcance es tremendo.
Al preguntar al Dr. Féder sobre las cualidades necesarias para ser analista nos dice: Cada uno de nosotros hemos heredado una historia y algunos hemos heredado historias traumáticas terribles y otros no, sólo pequeños traumatitos, que son parte de la vida y que yo los recomendaría como requisitos, es decir, que no fuera tan fácil la vida para poder caminar en ella. Es necesario también ser una persona congruente con lo que se hace, y la relación con el otro, no es el psicoanálisis no más: si tengo un amigo querer a mi amigo inmensamente pero esperar lo mismo. Un analista es una persona que ama, estudia, practica y trabaja apasionadamente, esas son mis recomendaciones. Que un frío, un apagado y un indiferente se mantenga en otro lado. Que no ande sólo predicando sino practicando. El psicoanálisis requiere mucha entrega y para siempre. Un psicoanalista tendrá que haberse sentido aunque sea en su propio análisis como un hijo suficientemente deseado y esto facilitará el camino.
Para el Dr. Féder su decisión de ser analista está atravesada por su propia historia. Hijo único de una pareja judía rusa que logró escapar de Europa pero que fue perdiendo a toda su familia a manos de los alemanes.
Para mí, dice el doctor, ser parte de algo era muy importante, muy muy importante. Eso quiere decir recuperar la familia a través de otro tipo de agrupaciones. Los nazis entraron al pueblo donde vivían mis abuelos maternos por las cuatro puertas digamos que se dirigen al zócalo, le pidieron a la población que se saliera y la ametrallaron toda. Se escapó uno que fue a contar lo que pasó en otro país. En Rusia se quedó mi familia paterna abuela, un tío, tres tías. Se tuvieron que cambiar de una ciudad a otra, perdimos contacto, la costumbre de comunicarnos se fue perdiendo poco a poquito. Una vez entré al comedor de la casa y mi mamá había sufrido un desmayo, mientras mi papá sostenía una carta en la mano. Mi madre era la mayor de 14 hermanos y mi papá solía censurar las cartas que recibía para evitarle el dolor de descubrir lo terrible. ¡Imagínense escuchar que mataron a tu hermana, a tu hermano! Ese día, mi papá no pudo evitar que se enterara. Creo que por ahí se puede ubicar un poquito por qué quise ser psicoanalista: Desde saber algo de dónde viene tal destructividad, cómo se logra la supervivencia y sobre todo ser parte de un grupo que se ocupa de esto. Inmediatamente al entrar a una agrupación, automáticamente, se logran hermanos, tengo muchos hermanos. Después de un largo y conmovedor silencio nos dice, La pregunta se responde: para compensar pérdidas y ganar compensaciones.
También nos comentó que su deseo de ser analista va ligado a su deseo de ser compositor: Mi primera sinfonía coral se llama “Temas para sobrevivientes”, que fue tocada en la Sala Ollin Yoliztli y en Bellas Artes, naturalmente en el museo del holocausto tiene una copia. Uno de mis primeros trabajos psicoanalíticos se llama “Técnica psicoanalítica y fantasías de salvación”. Indudablemente estaba buscando llenar mi vida a través de estas ocupaciones, llenaba requisitos externos e internos.
Para el Dr. Feder el futuro del psicoanálisis es prometedor y piensa que partiendo del gran descubrimiento de Freud que es el inconsciente, el mañana está garantizado. …Tenemos una mente con sus mecanismos de ostentación y ocultamiento. Nadie tiene otra forma de llegar ahí, al inconsciente, más que el psicoanálisis y esto lo hará perdurar. También comenta que aunque las escuelas de medicina y psiquiatría estén muy ocupadas con tecnocracias y descalifiquen el psicoanálisis siempre está el arte, el cine y la filosofía que cada vez se encuentran más cercanas al campo analítico. Esto augura un futuro prometedor.
Para finalizar el Doctor nos habló de sus aportaciones al psicoanálisis siendo las más importantes las que giran alrededor de las fantasías preconceptivas. Nos dice que si bien Freud habló de tres golpes a la humanidad, el de Copérnico, el de Darwin y el que él descubrió al poner de manifiesto al inconsciente, el Dr. Féder propone un cuarto golpe en el que se le revela a la humanidad que no somos hijos totalmente deseados. Que toda madre fue una niña y una mujer que tiene derecho a tener una ambivalencia frente al embarazo y al hijo por nacer. Es importante poder hablar de ello porque así existen menos probabilidades de llevar el no deseo y el rechazo a la acción.
Si se nos muestra que somos tolerantes en la firma de un contrato, sabiendo que hay una parte contraria en la misma tinta…pero si no miramos esa parte no llegamos a nada. Se nos enseña después de la segunda vuelta, que qué bueno que no fuimos hijos totalmente deseados, es un regalo a tener una actitud flexible frente a la no perfección. Nos enseña perdonar a nuestras madres, a perdonarnos a nosotros que en ocasiones hemos metido la pata y dañamos a veces muy seriamente. En fin, al aceptar esto hemos derrotado al perfeccionismo como valor.
Para finalizar sólo queda decir que compartir con el Dr. Féder fue una experiencia emocional intensa, llena de amor por el psicoanálisis y por todo lo que representa la vida.
Gracias Luis Féder por toda una vida de entrega al psicoanálisis.

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